viernes, 24 de junio de 2011

¿Azar o ignorancia?

Me hablas de suerte y para explicármela me pones el ejemplo de sacar una carta de una baraja, diciendo que esa carta puede ser cualquiera y depende del azar. Pero no, esa carta es una y solo una, el problema es que no tenemos forma de saber cual. Si tuviese una baraja trucada con una marca que conozca en cada carta, sabría decirte cuál es la que has escogido sin problemas.

Háblame entonces de tirar un dado al aire y dime que puede salir cualquier número en la cara de arriba y que otra vez es solo el azar el que interviene. Yo te diré que no, que si pudiese calcular todas las variables en el lanzamiento del dado; como su peso, su forma, el ángulo con el que cae o en que posición estaba cuando salió de tu mano; podría decirte perfectamente que número será el que salga en cada tirada.

El problema es precisamente ese, que nuestra inteligencia tiene un límite y hay cosas que no somos capaces de calcular por nuestra propia cuenta y otras que ni con ayuda de máquinas logramos descubrir. Si con todo el tiempo del mundo no eres capaz de calcular el resultado de una tirada menos lo vas a ser para hacerlo en un par de segundos, pero no es algo imposible.

Esa es la realidad. Los sucesos tienen muchas posibilidades, pero solo una es la correcta, la que ocurre. Si nos fijamos en una que no ha ocurrido estaremos entrando en un universo paralelo, irreal, de los cuales hay infinitos. La probabilidad indica las posibles formas de que algo ocurra y la estadística qué suele ocurrir en casos parecidos, pero ambas serían falsas si fuésemos capaces de calcular todo lo que afecta a aquello que investigamos.

La física explica las relaciones entre los cuerpos, y el que conozca los datos de todo lo que ocurre en un determinado lugar podrá saber el futuro. Sin embargo, todo en el universo está relacionado y un movimiento tuyo ahora mismo alterará lo que ocurra dentro de un tiempo en el otro extemo de la Tierra. Es ese el problema, demasiado espacio y demasiadas cosas que se relacionan entre ellas, el cual impide prever el futuro.

Si consigues aislar sin embargo un suceso a pocas variables muy simples la cosa cambia. Mete tres bolas azules en una caja y manda a alguien sacar una de ellas. Podrás decir que esa bola siempre va a ser azul y, lo creas o no, estarás adivinando el futuro.

jueves, 23 de junio de 2011

Querer es poder.

Hay mucha gente que piensa que ser sordo, ciego, discapacitado, y en definitiva cualquier tipo de, llamémoslo así, desventaja, es la excusa perfecta para tener una vida sin amigos en la que solo te apoyan tus familiares, y te reconoces a ti mismo como marginado social.


Fijémonos ahora en un bebé: En sus primeros días de vida no nos escucha, y si lo hace no nos entiende; apenas ve nada; no puede andar; es capaz de emitir sonidos pero ni mucho menos hablar; comer y dormir son sus objetivos para poder crecer; puede medir poco más que la palma de la mano de su padre y no va a ser capaz de resolver ningún problema más allá de llamar la atención para que lo cuiden.
Sin embargo, un recién nacido es motivo de alegría para todo familiar, por lejano que sea. Todos lo quieren tomar, le hacen regalos, quieren jugar con él y hacerle reír… Pero bueno, aún podréis decir que es un caso excepcional porque representa el futuro y de hecho va a ser el que cuide de sus padres cuando ellos no se valgan por sí mismos.

¿Y esos padres que se hacen mayores, los ancianos? Pero si una persona de avanzada edad viene a ser más de lo mismo. A la mayoría les dices “digo” y entienden “Diego”, no se ven si no es con lentes de culo de vaso, murmuran cosas que nadie entiende, comen por placer sin importarles su peso o no pueden comer a causa de enfermedades, disminuyen en estatura por sus problemas de huesos y articulaciones, muchos van perdiendo el control sobre su cerebro cada día más, y por supuesto no representan el futuro de nada como los recién nacidos.

Pero ahí están todos aguantando, ganándole batallas una y otra vez a la muerte, viendo crecer a sus familiares y alegrándose por sus alegrías. Charlando con sus amigos durante un tiempo interminable cada vez que se los encuentran. Queridos por todos, cuerpo y mente experimentados en la extraña vida que pronto para ellos acabará, siendo llorados por todos sus seres queridos.

Procura vivir la vida lo mejor que puedas, acercándote siempre a los que te entiendan y olvidándote de los que no lo hagan. Aprovecha tus desventajas para lograr lo que quieres y aprende a reírte de tus propios defectos. Pero nunca, y nunca es nunca, pienses que eres un ser inferior que no tiene nada que aportar. El más ignorante de los humanos siempre tendrá una lección que darle al más sabio. Todos los que lo desean pueden aportar su grano de arena a la humanidad, lo único necesario es la intención de hacerlo.

martes, 21 de junio de 2011

Tú eliges.

Es fácil utilizar cualquier cosa que te rodee para explicar algo relacionado con el comportamiento humano. Un ejemplo sería decir que solo hay hombres buenos y malos porque cuando cojes una naranja y un lado está podrido todos consideran que la naranja entera está podrida y nadie la quiere.

¿Acaso es ese un argumento para explicar que solo existen hombres buenos y malos? No, ¿que tendrá que ver una naranja con un hombre? Además, todos sabemos que existen muchos tipos de grises y no todo es blanco o negro, así que es un argumento inútil.

Sí, todo eso puede ser cierto, pero precisamente en el empleo de símbolos es en lo que reside el arte, y a veces nos damos cuenta de que si que podemos explicar cosas que nos suceden observando la naturaleza, o como mínimo ayudarnos a entender por qué ha sucedido algo.

Dicho esto, empecemos con la entrada.

Iba uno domingo tarde tocando con su banda en una procesión cuando cruzaron por encima flores, tiradas en el asfalto, que habían sido usadas como ofrenda. El olor de los pétalos era palpable en el ambiente, pero tras pisar unos cuantos se da cuenta de que el olor se intensifica. Es en ese momento, aunque debiera estar tocando y no pensando, cuando se da cuenta de una cosa.

Acércate a una hermosa flor y seguramente te invadirá un olor también hermoso, pero solo a corta distancia y no muy intenso. Ese olor va a ser constante durante mucho tiempo, todo el que estén los pétalos a la intemperie, pero no va a llegar a ser más fuerte de lo que ya es. Confórmate y déjala así, pero tambien puedes agarrar la flor y estrujarla. En ese caso el olor será mucho mayor que antes, pero evidentemente se apagará en cuestión de segundos o minutos.

Siempre queda usar la fragancia de la flor para una colonia, pero nunca será como fue y necesitará ayuda de otras sustancias, será algo artificial, algo inerte que en su día estuvo vivo.

Relaciona esto con los humanos y puede que lo veas cierto o pienses que no tiene nada que ver con la realidad y solo sea un intento simple de explicar algo mucho más complejo, pero al menos obligará a pensar al que escribe y al que lee, y eso es algo que se hecha de menos en un mundo donde disfrutar pensando está considerado una pérdida de tiempo.